Tradición de San Valentín
Era un día tranquilo. Los pájaros
cantaban alegremente sobre las ramas de los árboles. El cielo
estaba soleado, ni una sola nube cruzaba por él. Una suave brisa
zarandeaba ligeramente las hojas de los árboles y plantas.
Todo estaba en aparente calma menos en
cierto lugar.
-¡¿Qué demonios has echo?!-preguntó
en un grito un rubio ojiazul.
-¡Lo siento!¡Lo siento!-se disculpaba
de igual manera un pelinegro de tez pálida.
Toda la discusión comenzó esa misma
mañana.
Un rubio ojiazul de tez bronceada y con
tres lindas marquitas en sus mejillas caminaba por la calle en
dirección a su instituto. Su nombre era Namikaze Naruto y cursaba el
primer año en el instituto de Konoha. No era muy alto, a penas media
1,62 cm. Tenía las caderas marcadas además de una fina figura. Su
carácter era alegre, tímido y muy amable pero en esta ocasión se
le veía algo decaído.
La razón de su actitud tenía que ver
nada más y nada menos que el temible Día de los Enamorados o más
conocido por San Valentín. Ese día era conocido por el echo de que
las mujeres y los donceles se declararan mediante chocolate y/o
cartas de amor pero en su instituto había otra tradición.
El mismo día se celebraba una gran
competición de deportes donde los varones de todos los cursos
competían por distintos premios. Estos constaban de varias cosas
como: una comida, un beso, una pertenencia del doncel o mujer que le
gustara... Utilizaban este incentivo para motivar a los alumnos
varones y para que las mujeres y donceles mejoraran en las tareas del
hogar y en las relaciones con los demás alumnos.
La razón por la que al rubio no le
gustaba ese día era por que era muy agotador ayudar con todos los
preparativos y además de tener que cumplir con los requisitos de los
premios.
Normalmente los participantes de los
premios solían ser los donceles y mujeres más populares de la
institución, claro que algunos se podían negar pero necesitaban una
muy buena excusa para ello. Algunos tenían suerte solo por formar
parte del consejo estudiantil ya que estos no solían tener tiempo al
tener que organizarlo todo.
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El rubio ya había llegado al instituto
y sin mirar a nadie e ignorando las miradas depredadoras sobre su
persona apresuró el paso y se dirigió a una aula en concreto. Al
llegar el cartel sobre esta decía: “Consejo estudiantil”. Al
entrar observó a un pelinegro recostando la cabeza sobre la mesa de
madera con los ojos cerrados. El rubio al ver eso una vena se instaló
en su frente.
-¡Despierta!-gritó mientras le daba
una colleja al pelinegro.
Este del susto y por el golpe dio un
pequeño bote y terminó cayendo de culo al suelo mientras se sobaba
la cabeza y hacía una mueca de dolor por el golpe.
-¡Eso a dolido, Naru-chan!-se quejó
el pelinegro mientras se levantaba del suelo.
-Eso te pasa por vaguear,
Itachi-sempai.-comentó divertido el rubio. La verdad es que su
sempai era alguien muy inteligente y bastante frío pero cuando lo
conoces siempre se comportaba de forma descuidada.
-¡Qué malo!¡Solo estaba descansando
los ojos!-se quejó el mayor.
-Jajajaja claro sempai, lo que tu
digas.-dijo divertido el ojiazul.
-Vale, vale.¿Has terminado los
folletos?-preguntó el pelinegro una vez dejó su rabierta de lado y
se sentaba otra vez en la silla.
-Hai.-respondió este mientras se los
daba. No pudo evitar suspirar al recordar lo que sucedería ese día.
El pelinegro no pasó por alto ese
gesto de su lindo kouhai y sintió cierta culpa por ello.
-Lo siento, Naru-chan.-dijo el mayor
mientras le miraba. El rubio solo le dedicó un tierna sonrisa y negó
con la cabeza.
-No es nada sempai, no te preocupes.
La razón detrás de esa disculpa
sucedió una semana antes, cuando comenzaron todos los preparativos
para el 14 de Febrero.
*Flashback*
-En una semana es San Valentín.-murmuró
el rubio mientras miraba por la ventana.
-¿Are?¿Naru-chan te interesa ese
día?-preguntó el mayor que justo pasaba por detrás suyo. El rubio
dio un pequeño saltito de su silla y se giró sorprendido mientras
se sonrojaba al ver que le habían oído. En la sala no solo se
encontraban ellos sino algún otro del consejo que se giraron para
verle. Él era el único doncel que formaba parte del consejo, además
de ser el vicepresidente.
-N-no del todo.-respondió algo
avergonzado mientras giraba la cara para no verle.
-Mmm.... ¡Ah! ¡No será que te gusta
alguien!-dijo demasiado alto el pelinegro. El rubio se sonrojó hasta
las orejas mientras intentaba negar lo dicho por el mayor pero nada
salía de su boca. Mientras tanto los demás presentes se quedaron
helados al oír eso.
El rubio era el doncel más codiciado
de toda la institución a pesar de estar solo en el primer año. Era
alguien tímido al tener que interactuar con los varones, menos con
Itachi ya que este tenía una forma de ser que ayudó en ello pero
bueno, lo que les sorprendía era que el rubio se hubiese fijado ya
en alguien.
-No es eso sempai.-rebatió el rubio
muy avergonzado.
-Ya. Díselo a tu rostro todo
sonrojado.-comentó con algo de gracia en la voz.
-E-etto yo...-quiso argumentar en su
inocencia pero el calor que sentía en sus mejillas le dio a entender
que sus palabras no tendrían mucha credibilidad.
-En ese caso... podrías participar en
la celebración de ese día.-comentó el pelinegro sin darse cuenta
de las sonrisas de los varones detrás suyo.
-N-no yo...-intentó negarse pero el
mayor no le dejó.
-Tranquilo. Estoy seguro de que muchos
varones estarán muy felices por que participes.-dijo con una
sonrisa.
Los demás del consejo solo asintieron
y al rubio no le quedó de otra más que aceptar.
Al día siguiente se dio el anuncio de
los participantes y los premios que darían.
2º Año
|
Clase 2-A
|
Yamanaka Ino
|
Comida preparada por ella
|
1r Año
|
Clase 1-C
|
Hyuuga Hinata
|
Sesión de fotos
|
1r Año
|
Clase 1-B
|
Inuzuka Kiba
|
Beso en la mejilla
|
3r Año
|
Clase 3-A
|
Namikaze Deidara
|
Escultura de él
|
1r Año
|
Clase 1-B
|
Rock Lee
|
Clase de artes marciales (?)
|
1r Año
|
Clase 1-B
|
Sabaku no Gaara
|
Tuyo por 3h
|
2º Año
|
Clase 2-A
|
Suigetsu
|
Un beso en los labios
|
1r Año
|
Clase 1-C
|
Sabaku no Temari
|
Actuación de baile tradicional
|
1r Año
|
Clase 1-C
|
Haku
|
Cena con él
|
Y por último el premio
más esperado, de la persona más codiciada. El vicepresidente de
nuestro consejo estudiantil:
1r Año
|
Clase 1-B
|
Namikaze Naruto
|
Tuyo todo el día de San Valentín
|
Al ver ese anuncio todos los
varones se sorprendieron e ilusionaron al pensar que el lindo kitsune
de 1º participaría y la verdad es que todos querían pasar todo un
día con él. Era una oportunidad única y perfecta para poder
conquistarlo.
En cambio a cierto azabache
no le hizo ninguna gracia todo aquello. Ya le pediría una
explicación a cierto idiota.
*Fin flashback*
Desde ese momento todos los
varones no habían dejado de mirar al rubio lascivamente, bueno, más
de lo que normalmente. El rubio volvió a suspirar.
-¿De verdad no pasa
nada?-preguntó preocupado el pelinegro.
-Tranquilo sempai. No creo
que sea tan malo.-respondió con una tierna sonrisa.
-Por cierto... no me dijiste
quién te gustaba.-dejó caer casualmente mientras miraba los
folletos del evento. Al no recibir una respuesta del rubio le miró
de reojo y se dio cuenta de que este estaba sonrojado de sobremanera.
-¿Naru-chan?-preguntó al
verle.
-Ehh...etto yo...-balbuceó
mientras agachaba la cabeza.
-Vamos... ¿no confías en
mí?-le preguntó sin dejar de mirarle.
-Yo...-inhaló aire y
suspiró para armarse de valor.- Uchiha-sempai...-susurró.
-¿Qué?-preguntó
sorprendido.
-Qui-quien me gusta es...
Uchiha-sempai.-dijo algo más alto pero sin mirarle además de que su
sonrojo se acentuó mucho.
-¡¿Quién te gusta soy
yo?!-gritó atónito el mayor.
-¡NO!-gritó ahora el
rubio.- No eres tú sempai...-dijo algo más bajo.
El pelinegro le miró pero
luego ató cabos. Si no era él, el único Uchiha que había en el
instituto era...
-¿Te gusta mi
otouto?-preguntó aún más sorprendido que antes.
Por respuesta solo recibió
un aún más grande sonrojo y un leve asentimiento del ojiazul.
El pelinegro estaba
alucinando en colores. No solo porque a su tierno rubito le gustara
el amargado, frío y antisocial de su hermano pequeño, sino que
también por una conversación que tuvo con cierto azabache poco
después de que la lista de participantes y premios se anunciara.
*Flashback*
Estaba el pelinegro sentado
tranquilamente sobre un rubio pelilargo mientras ocupaba su boca en
el cuello ajeno y sus manos se paseaban por sobre el uniforme del más
bajo.
-It-Itachi...-susurró el
rubio.
-Shh...No pasa nada
Deidi.-le susurró al oído para después besarle. El beso era tierno
y dulce pero conforme pasaban los segundos se fue tornando más
apasionado. El pelinegro mordió el labio inferior del rubio para
pedirle acceso a su dulce cavidad pero justo cuando este le dejó el
paso libre recibió un fuerte golpe en la cabeza.
-¡Auch!-se quejó el pobre
agredido pero al levantar la cabeza para observar a su agresor
percibió ciertos ojos negros que conocía bien pero con un leve tono
rojizo, dejando entrever la furia que recorría todo su ser.
-¿Qué pasa otouto?-le
preguntó mientras se levantaba de encima de su rubio novio y se
sentaba en el sofá donde antes estaba recostado.
-¿Qué demonios es
esto?-preguntó en un tono de aparente calma pero sus ojos no decían
lo mismo. Estos dejaban entrever todo el enfado que sentía el
azabache. El pelinegro le miró confundido hasta que cayó en cuenta
de lo que el azabache tenía en la mano aunque lo apretara de tal
forma que pronto se rompería.
-¿Es por lo del Día de San
Valentín? Pensé que no te gustaba involucrarte en eso.-dijo algo
confundido por el reciente enfado de su hermano.
-Si es por eso. Pero lo que
yo quiero saber es ¿qué hace él aquí?-preguntó aún más enojado
mientras le lanzaba el pobre papel casi destruido.
-¿Él?¿A quién te
refieres?-preguntó aún más confundido hasta que recibió un fuerte
golpe por parte del rubio el cual había permanecido en silencio
hasta ahora.
-¡¿Qué demonios hace Naru
aquí?! ¡Esto es cosa tuya ¿verdad?!-preguntó en un grito el rubio
mayor mientras le miraba incluso más enojado que el Uchiha menor.
-Eeh... pues...-intentó
explicarse pero las miradas enojadas de su otouto y de su koi le
estaban poniendo nervioso.
-¡Habla!-dijeron los dos a
la vez.
-¡Lo siento!-se disculpó a
causa del repentino grito.- Veréis... es que ayer vi a Naru-chan
algo pensativo y después de hablar un rato me di cuenta de que...-no
sabía como continuar.
-¿De qué?-preguntó el
rubio.
-De que... le gusta
alguien.-dijo en casi un susurro esperando que el rubio no le haya
escuchado.
-¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ?!-y
esa era la reacción que esperaba no tener que presenciar.
-Esto Dei...
-¿Qué es eso de que a mi
lindo hermanito le gusta alguien? ¡Ni hablar! ¡Eso jamás
ocurrirá!-le interrumpió mientras que sin esperar se marchó de
allí dando un gran portazo.
-Tsk. Sabía que
reaccionaría así.-se lamentó el pelinegro. Después de suspirar
miró a su otouto el cual no había dicho nada. Solo se había
quedado como ido, lo cual hizo preocupar al mayor.
-¿Sasuke?-preguntó no muy
seguro cuando el azabache bajó la cabeza.
-¿Le gusta
alguien?-preguntó en un susurro, más para sí mismo que para el
mayor.
El pelinegro se sorprendió
por esa actitud. ¿Acaso a su hermano...?
-¿A caso... te gusta
Naru-chan?-preguntó sorprendido. Su hermano nunca había mostrado
interés en nadie, y eso que tenía a más de la mitad de la
población de mujeres y donceles del instituto sobre su persona.
-¿Y qué si me
gusta?-preguntó el menor mientras levantaba la mirada.
-Nada. En realidad creo que
tienes muy buen gusto pero más vale que tengas cuidado. Ya has visto
la reacción de Deidi.-comentó mientras sonreía del lado al estilo
Uchiha.
-Descuida. No pienso dejar a
Naruto viudo sin habernos casado antes.-comentó con presunción el
azabache.
-¿Ya tienes planeada hasta
la boda?-preguntó el mayor sin borrar su sonrisa y en un tono
divertido.
-Pues claro. Él es mío y
no pienso dejar que nadie me aparte de su lado.-dijo con mucha
seguridad para luego sonreír de lado y marcharse de allí.
-Eso espero. Me gusta mucho
Naru-chan y me encantaría que fuera mi cuñado.-comentó en voz baja
el mayor mientras comenzaba a hacer algo de trabajo.
*Fin flashback*
Después de un rato de un
increíble silencio el pelinegro no pudo evitar sonreír de lado. El
rubio no se percató de ello ya que había vuelto a bajar la mirada
hacia el suelo.
-Parece que no lo tendrá
tan difícil después de todo.-susurró para sí el mayor pero a
causa del silencio que reinaba en la habitación el rubio le oyó y
eso hizo que elevara la cabeza para verle, algo confundido.
-¿Qué quisiste decir con
eso, sempai?-preguntó mientras ladeaba lindamente su cabecita hacia
un lado.
-¡Eres tan lindo,
Naru-chan!-gritó el pelinegro mientras se lanzaba a darle un
asfixiante abrazo.
En ese momento la puerta de
la estancia fue abierta y un azabache entró por ella. Enojado y con
una gran rapidez separó a su hermano de su futuro novio y se llevó
al menor arrastrándolo del brazo.
-¿Cuánto habrá
escuchado?-se preguntó a sí mismo el pelinegro algo entretenido por
la reacción de su hermano.
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No muy lejos de allí, más
específicamente en la azotea del edificio, el rubio había sido
jalado hasta allí por el azabache. Una vez habían llegado el Uchiha
menor se giró y sin delicadeza empujó al rubio hasta la pared al
lado de la puerta. El ojiazul se quejó por el dolor que sintió pero
su quejido no llegó muy lejos ya que el azabache estampó sus labios
contra los del menor.
El rubio se sorprendió de
sobremanera y, aunque le gustara mucho el azabache no quería que eso
fuera de aquella manera. Con la fuerza que tenía le intentó empujar
pero el azabache era bastante mas fuerte que él por lo que no lo
consiguió. Después de forcejear un rato el azabache por fin se
separó de sus labios y se dio cuenta de algo.
-No llores Naruto.-dijo el
azabache al observar las finas y cristalinas lágrimas que descendían
de los bellos zafiros que tenía por ojos el rubio.
-Y-yo...snif...
-Lo siento. No debí besarte
de esa forma tan brusca.-le dijo mientras con tiernos besos le secaba
las lágrimas. Al mirarle a los ojos el rubio pudo observar la
preocupación que demostraban los ojos negros de su sempai.
-¿Po-por qué lo
hiciste?-preguntó algo más calmado sin dejar de verle a los ojos.
-Me molestó el que
estuvieras tan cerca de mi aniki.-respondió sinceramente el
azabache.
-¿A qué te refieres?-le
preguntó mientras ladeaba la cabeza tiernamente y le miraba algo
confundido.
-A que...-cogió algo de
aire y suspiró.- Me gustas. Es más, creo que... me he enamorado de
ti.-respondió el azabache sin dejar de mirarle, lo cual le permitió
darse cuenta del sonrojo que se estaba apoderando de las mejillas del
menor.
-¿De verdad?-preguntó en
un leve susurro.
-De verdad.-respondió este.
El rubio solo sonrió tan
dulce y tiernamente que hizo que el azabache necesitara de todas sus
fuerzas para controlarse y no lanzarse encima del ojiazul. Este en
cambio le abrazó por el cuello y le dio un tierno e inocente beso.
Al separarse se miraron a
los ojos durante unos instantes que a ellos les parecieron siglos.
-Yo también... estoy
enamorado de ti.-dijo finalmente el rubio, también en un susurro
mientras su sonrojo aumentaba de intensidad.
El azabache solo sonrió de
lado y le volvió a besar solo que esta vez el beso fue más profundo
y pasional pero no por ello dejaba de demostrar lo que sentían el
uno por el otro.
-Por cierto... sobre el
asunto del evento de San Valentín...-comentó el azabache. Después
de separarse se habían sentado el azabache de espalda a la pared y
el rubio, también de espalda pero entre sus piernas, siendo abrazado
por la cintura por el mayor.
-¿Sí?-preguntó el rubio
mientras giraba a verlo pero sin soltarse del agarre del ojinegro.
-Hmp. No pienso dejar que te
toquen ni un pelo.-dijo con sorna mientras sonreía de lado. El rubio
se sonrojó ante esas palabras.
-¿Eres muy posesivo
no?-preguntó mientras se giraba para que no viera su sonrojo.
-No tienes ni la menor
idea.-le susurró el azabache al oído mientras apoyaba su cabeza en
el hombro ajeno y afianzaba aún más el agarre en su cintura.
-Mmm... me gusta cuando eres
romántico.-admitió el rubio en un susurro.
-Hmp. Eso es por el día, no
te acostumbres.-dijo algo divertido al ver como el rubio hacía un
lindo puchero en forma de queja.
*Extra*
Al terminar la competición
los resultados fueron los siguientes:
La cena de Yamanaka Ino la
ganó Akimichi Chouji que hizo cualquier cosa por una comida gratis.
La sesión de fotos de
Hyuuga Hinata terminó en empate por varios varones así que se hizo
una donde asistieron varias personas.
El beso de Inuzuka Kiba lo
ganó Aburame Shino que no iba a dejar que su lindo prometido besara
a alguien que no fuera él.
La escultura de Namikaze
Deidara la ganó, obviamente, Uchiha Itachi que amenazó a los demás
participantes porque no iba a dejar que tuvieran una estatua de su
lindo Dei. (De él en figura me refiero, no solo que la haya echo
él).
La sesión de artes
marciales de Rock Lee la ganó Hyuuga Neji que aprovechó para
meterle mano durante esta.
Tener por 3 horas a Sabaku
no Gaara lo ganó Senju Sai que le hizo hacer de modelo casi sin ropa
por lo que al terminar el tiempo acabó en el hospital por pervertido
pero, su pelirrojo prometido se arrepintió un poco y terminó
cuidando de él.
El beso de Suigetsu lo ganó
su mejor amigo y compañero de clase Juugo que ni corto ni perezoso
aprovechó para dejar en claro que el peliplateado le pertenecía.
Este no tubo ninguna objeción al respecto.
El baile tradicional de
Sabaku no Temari lo ganó, inesperadamente para todos, Nara Shikamaru
que demostró que su inteligencia estaba por encima de su vagueza,
aunque esta predominara la mayoría del tiempo.
La cena de Haku la ganó
Zabusa, de tercer año, el cual no iba a dejar que corrompieran a su
pequeño e inocente niño.
Finalmente cuando era la
hora de la competición por Namikaze Naruto, el azabache no perdió
ni un segundo en subir al escenario donde este se encontraba y le
besó apasionadamente. Una vez terminó les dirigió una mirada
gélida a todos los varones del lugar dando a entender que el que
participara sufriría unas terribles consecuencias.
......FIN......
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